Ayer hablabamos de la IA, un cambio sin duda brutal en nuestras vidas, y hoy quiero hablar de la edición genética, que es otra herramienta increíble que conozco mejor porque he vivido su evolución desde dentro, en primera persona.
En fin, batallitas de abuela cebolleta con bata.
Y de paso tienes tema para debatir en clase.
Mira yo acabé la carrera en el 99. Y entonces mi primer trabajo fue una beca predoctoral y para eso tenía que hacer un ratón transgénico.
A ver, la mayoría de veterinarios empiezan poniendo vacunas, a mí me pegó por esto, que siempre he sido un poco rarita.
El caso es que en ese tiempo las herramientas que teníamos para editar los genes, haciendo una analogía musicales, eran como un CD.
Antes había habido discos de vinilo. Y se empezó a gestar todo aquello utilizando una herramienta que tenían las bacterias para defenderse de los virus que se llaman enzimas de restricción. Básicamente cosas que te permitían cortar y pegar genes.
Cosas de la vida, aquello evolucionó bastante y en unos años me ví dirigiendo un animalario con ratones modificados genéticamente. Ya había un modelo de ratón para cada gen que tuviera un mínimo de implicación en algún proceso interesante biológicamente o alguna enfermedad incurable.
Y l@s investigador@s compartían estos ratones y los importaban y exportaban. Y yo me encargaba de hacer esto sin poner en peligro a los demás.
Pero de repente surgió el IPOD de las modificaciones genéticas: CRISPR-CAS9. Otra vez las bacterias nos habían inspirado (y casualmente a un alicantino, Francis Mojica) para cortar y pegar genes, pero esta vez, de una manera muchísimo más eficiente.
Y eso en los animalarios fue una revolución porque ya se nos salían los ratones por las orejas. Era tal la facilidad de editar los genes que se generaban muchísimos modelos que había que conservar, congelar… en fin, una gestión complicada.
Por aquel entonces (el primer congreso donde me di cuenta de la que se nos venía encima fue en Edimburgo en 2016) ya se hablaba de qué iba a pasar si eso se utilizaba en terapia génica en humanos y las implicaciones bioéticas que podía tener. CRISPR-Cas9 eran unas tijeras demasiado eficientes. Cortaban tanto que se equivocaban mucho.
En estos días están saltando noticias a la prensa en este sentido. Ya estamos en la época de Spotify.
Una mujer con anemia faliciforme curada gracias a esta técnica, y dudas sobre la seguridad de la salud de unos bebés. Y un tipo, David Liu, que ha dado una vuelta de tuerca más a la edición genética hasta hacerla mucho más precisa.
Así que tienes un buen tema de debate para clase. ¿Hasta donde hemos llegado con la edición genética¿ ¿para qué sirve? ¿debemos ponerle límites bioéticos?…
Y siempre pensando en situaciones de aprendizaje, se me ocurre que podría diseñar una con este tema. ¿Te parece interesante?
Un abrazo
Txus, veterinaria científica.