La Virginidad de la Virgen
Disertación científica
Continúo con la Situación de Aprendizaje Navideña.
Empezábamos ayer con la polémica afirmación de que los peces bebían en el río, y hoy voy a tratar un tema mucho más espinoso.
¿Podría la Virgen María haberse quedado gestante sin la intervención masculina?
Cuestiones religiosas aparte, la especie humana no es capaz de reproducirse con la sola intervención de la mujer.
Pero,
Siempre hay un pero.
Muchos animales (no mamíferos) sí que tienen esta capacidad. Es lo que se conoce como partenogénesis.
Atiende.
Los organismos más simples, tipo bacterias se reproducen simplemente partiéndose en dos.
La información genética de la bacteria madre, que es importante porque es el libro de instrucciones de cómo es y cómo funciona ese organismo, se multiplica y la bacteria se divide en dos cachos, cada uno con su libro de recetas.
Sin libro de recetas no hay vida.
Esto hace que la bacteria hija sea una copia prácticamente igual que la “madre” (salvo por las mutaciones, pero eso es otra historia y deberá ser contada en otra newsletter ;)
Si el medio es igual, todo va bien, pero si el medio cambia, y el mundo es de lo más cambiante, la bacteria hija tendría las mismas herramientas para enfrentarse a él que la madre.
Así que en el desarrollo evolutivo apareció la reproducción sexual. Juntamos la el libro de recetas de dos individuos, el padre y la madre, cogemos unas hojas de uno y otras de otro (recombinación genética) y así hacemos un libro de recetas nuevo.
En un medio cambiante el que aparezca un individuo diferente a los dos de los que parte es bueno. Aumenta las posibilidades de supervivencia.
La partenogénesis es una forma de reproducción en la que toda la información genética viene de la madre: los óvulos no fecundados son capaces de evolucionar hasta un individuo completo.
Y tiene el mismo problema que las bacterias. Pero tiene también ventajas.
Se puede ver en rotíferos, platelimintos, tartígrados, crustáceos, muchos insectos, anfibios y reptiles. También en algunos peces y de forma muy rara en aves.
Se descubrió precisamente en los zánganos. En las abejas y las hormigas, cuando no hay fecundación, se forman zánganos. Y cuando sí, salen hembras. Según lo que coman, estás hembras pueden ser reinas u obreras.
Y hay algunos animales, que pueden alternar formas de reproducción sexual o por partenogenésis según les vengan dadas en el medio. Si este es hostil, mejor sexual. Si no hay machos en los alrededores, mejor partenogéneticas.
En fin, un mundo interesantísimo.
Ahora, si metemos intervención científica, ya la cosa se dispara en posibilidades. (Eso en otra newsletter también).
En el pez cebra las primeras divisiones son partenogéneticas. Luego, como a las 3-4 horas, solo continúa el desarrollo embrionario si el embrión ha estado fecundado. Los otros mueren.
Saber esto es importante para mí porque he de esperar esas horas para recoger los embriones que enviar a las escuelas.
Si quieres que a tu escuela lleguen embriones de pez cebra y trabajar todas estas cosas con un material único:
Un abrazo
Txus, veterinaria científica.