Paciencia nos de el señor
Una de las cosas que más me han impresionado de Tailandia era la carita de paz y serenidad de esas gentes. Especialmente las que no vivían en ciudades.
Estrés free. Nada que ver con nuestra rueda de hamster en la que andamos metidos.
Y creo que de alguna manera el estilo de vida occidental está como loco buscando balancearse. Por eso todas las filosofías de calma que vienen de oriente están triunfando de esa manera: yoga, meditación…
Necesitamos recuperar nuestra paz mental. De momento a mí me dura el estado zen tailandés.
Hoy te quería hablar de Paloma, de Hoya de Gualy, que organiza retiros de yoga en los que recuperar ese estado tan guay, más cerquita de aquí.
Paloma quiere hacer un regalo a los suscriptores de Aprende con Danio, que de hecho viene muy bien para estas fechas.
Te lo explica ella:
Ahora que se acercan las Navidades existe un tema tan ilusionante como estresante para la mayoría de familias: Los encuentros familiares.
Se acercan sin remedio días de suegros, cuñados, tíos, hermanos, primos, sobrinos, abuelos, familias políticas... días de mucha gente por todas partes.
Gente que, por lo general, afirma sentir un profundo amor-odio por estas fechas a causa de tener que ver sí o sí a personas non-gratas, pero queridas a su pesar.
Así que decidí hablar este mes de lo que nadie habla: desarrollar la paciencia. Con esas personas, con la vida, contigo mismo. Hay diferentes tipos de paciencia y no se puede dejar ninguno de lado.
El caso es que por muy bonito que sea, cuando te reúnes con amigos de confianza por esas fechas, notas esa necesidad de desahogo, esa tensión contenida.
Las conversaciones giran muchas veces en torno a quejas constantes acerca de sus carencias familiares, reproches de cosas que tendrían que haber sucedido, y de otras que no.
Puedes vislumbrar mucha frustración, egos dañados, e indignación por cierto comentario o actitud.El mensaje de fondo es el mismo: mi familia no es como yo habría deseado.
Pues sí, la familia no está hecha a medida.
Es habitual tener la sensación de que no tenemos una familia “normal” o no tenemos la que habríamos elegido. Pero ese rechazo, aún siendo muy natural, dificulta la adaptación a ese sistema familiar que tanto juzgo.
Bueno pues si quieres enfrentarte con más herramientas este año al pesao de tu cuñado o a tu suegro haciendo comentarios inoportunos, Paloma te ayuda con un recurso gratuito para que desarrolles tu paciencia y mostrarte de lo más apacible, te digan lo que te digan en la cena de nochebuena:
Un abrazo
Txus