Hay algunos juguetes y recuerdos de la infancia que conservo con mucho amor: una cestita de mimbre que me regaló mi abuela, mi muñeca la negrita a la que le falta una pierna y un brazo, mi castillo de los pitufos con el que hice de todo menos un castillo…
Y mis regletas.
Sí.
Guardo una cajita de galletas con regletas.
En el colegio me enseñaron así a sumar. Y yo las encontraba ideales para hacer todo tipo de cosas. Creo además que no me falta ninguna.
Quizá tuvieran parte de culpa de que una de mis asignaturas favoritas siempre fueran las matemáticas.
Ahora de mayor descubrí que las regletas es un recurso más de lo que se llaman matemáticas manipulativas.
Lo descubrí gracias a Malena Martín. Malena tiene un proyecto que se llama Aprendiendo Matemáticas y su misión es que a l@s niñ@s las mates no se les hagan bola, sino que les gusten.
Cuando supe de este proyecto, me dio mucha alegría: un proyecto educativo como el mío, centrado en que algo “temido” como las matemáticas fuera mucho más agradable. Estuve hablando un buen rato con Malena y conectamos muy bien.
Malena escribe una newsletter como la mía y da ideas para justo eso, enseñar mates de forma agradable y divertida, tanto para familias como para docentes.
Si te suscribes a su newsletter te manda un audio en el que le cuenta a una amiga, que estaba agobiada porque a su hijo no le gustaban las mates, cómo se deberían enseñar esta temida asignatura:
Un abrazo,
Txus, veterinaria amante de las mates.