Bonita historia de un niño rebelde
Javier, de pequeñito, se iba a pasear por las calles de Madrid con su papá.
Esto podría sonar demasiado convencional, pero había algo mágico en esos paseos que cambió a Javier para siempre.
Su padre llevaba una cámara de fotos.
Y eso le convertía en un superhéroe.
Porque con esa cámara, tenían acceso a todos los sitos que querían entrar. Simplemente su papá decía:
-Soy fotógrafo, le importaría que subiera a la azotea del hotel para hacer unas fotos.
-Sí por supuesto, suba usted.
Y así, Javier y su papá se patearon todo Madrid cámara en mano viviendo apasionantes aventuras.
Hasta que llegó un día en el que Javier se rebeló. Esas cosas que pasan en la adolescencia. De repente tu padre que era un superhéroe, ya no te lo parece tanto y decides ir a buscar tu propia suerte en la vida.
Dejó la fotografía.
Esto tiene su explicación científica. El cerebro se desconecta literalmente, un 50% de las conexiones neuronales se rompen. Otro día hablaré de los cambios en el cerebro del adolescente.
Pero hoy estoy la mar de poética.
Sigo.
Pero cuando un@ mama una cosa de pequeñ@, ahí se queda.
Latente.
Durante un tiempo piensas que se ha borrado, que esos buenos ratos se quedaron en las azoteas de un hotel de Madrid y que nada hicieron…
Pero un día, nadie sabe porqué, las neuronas vuelven a enganchar y eso que aprendiste de pequeño, emerge de nuevo.
Así que un buen día Javier volvió a comprarse una cámara de fotos a la misma tienda que iba con su padre para retomar ese hobbie que le apasionaba desde pequeño.
Y ahí, el único acto de rebeldía que surgió fue atreverse con la boca pequeña a cambiar la marca de la máquina de fotos de su padre. Para sorpresa del tendero, elegiría Nikon, en lugar de la clásica Canon de su papá.
Y así fue como volvió a sentir esa magia de subir a una azotea de un hotel y esperar el tiempo necesario para tirar la foto perfecta:
Javier, ahora enseña fotografía y edición fotográfica con la misma pasión que le enseñó su padre de pequeño. Y escribe una newsletter donde te transmite todo ese espíritu.
Si te gusta la fotografía o alguna vez retomaste ese hobby que aprendiste con tus padres o con tus abuel@s, tienes que seguir a Javier.
Es aquí:
Un abrazo
Txus